Este plano, creación de Vicente Tofiño de San Miguel como parte de su Atlas Marítimo de España, muestra la bahía de la Concha y la ciudad de San Sebastián (o Donostia en euskera) con su extensión en el año 1788.
En el mapa, con el sur en la parte superior, se pueden apreciar los característicos accidentes geográficos asociados a la ciudad. En la parte izquierda se encuentra el monte Urgull, sobre el que se sitúa el Castillo de la Mota. En la parte derecha se puede observar el monte Igueldo con su faro. Entre ambos montes, en medio del mar, se encuentra la isla de Santa Clara, sobre la que ya se había construido la ermita del mismo nombre. Con una entrada marcada por estos dos montes y la isla, aparece la Bahía de la Concha, que en la parte sur (arriba del mapa) constituía ya una de las playas más reconocidas de España.
La ciudad, fortificada por completo, se extendía bajo el monte Urgull. La mayor parte de estas murallas desaparecieron o fueron rebajadas durante el siglo XIX, dada su escasa funcionalidad. En la zona de extramuros se encontraban los conventos de San Bartolomé y Nuestra Señora la Antigua, los dos desaparecidos en la actualidad.